"-¿Tiene estilo?-pregunta la amiga n°1 de la obra, con expresión temerosa, como si le resultase particularmente difícil imaginar una respuesta negativa ante tan importante requisito.-No-responde la amiga n°2, causando un bufido de lamento grupal-. Sólo un parche de Lacrimosa y un par de trapos negros...-Posero-sentencia la última integrante del grupo.Todas asintieron. Un mino más borrado del estrecho horizante cuyo límite ellas llamaban dignidad. Una lástima. Era tan bonito."
Antes, eran la minoría. Los excluidos, los más pernos del curso. Ser raro era ser nerd. Ahora, lo realmente nerd es no pertenecer a una de sus tantas tribus.
"Adolescencia", musita mi papá con una sonrisa de auténtica diversión. Yo, en cambio, apelo a lo externo. A la TV, a la radio. Al sistema, como dirían los pseudo-anarquistas del cole. Lo cierto es que, cual sea su factor determinante, todos terminan siguiendo el mismo objetivo: Ser diferentes.
¿Podemos ser realmente auténticos? ¿Cómo se puede lograr si finalmente todos siguen un movimiento masivo? El hacer lo mismo que los demás, en lo que incluimos vestuario, música y hasta forma de hablar, anula inmediatamente cualquier gota de originalidad corriendo por tus venas. Te conviertes en un muñequito más siguiendo los pasos de unos cuantos buenos músicos, que probablemente tengan su vida menos resuelta que la tuya propia.
Y hay para todos los gustos, lo que depende de intereses y experiencias, e incluso, del nivel económico y social. Revisemos opciones
principales:
a)
Hip-Hoperos: Grupo que apela a defender los derechos y las igualdades sociales, así como a expandir su arte callejero con libertad. Toman el hip-hop como una forma de vida, no sólo consistente en unas cuantas canciones bien entonadas. Casi repudiados por su forma de vestir y por estar principalmente vinculados (no todos) a los grupos sociales más pobres y excluidos del país. Tienen mala fama de delincuentes, incultos y vulgares. Según mi abuelita, son unos
desadaptados. Según yo, si sigo viendo sus zapatillas en el colegio sufriré un colapso nervioso causado por un grave trauma visual.
b)
Punkies: Históricamente rebeldes. Defensores de derechos y eternos críticos del 'sistema'. Para pertenecer realmente a ellos, debes ser lo que mis amigas llaman, un tipo reclamón. Al unirte a su grupo, al oír su música, al criticar al gobierno de paso y ser el único que se atreve a criticar las actividades del día del alumno en el consejo de curso, te conviertes automáticamente en un neo-punk. Sí, porque las cosas han cambiado. Nuestro actual y humilde movimiento punkie-colegial es muy distinto al verdadero movimiento punk nacido a kilómetro de nuestras tierras. Tiene mala fama de drogadictos, locos e ilusos. Según palabras expresas de mi padre, no hay en ellos nada más que críticas y propuestas utópicas. Según yo, se necesita más acción y menos quejas. Lo malo del sistema lo vimos hace rato.
c)
Brit-Pop's: La sensación del momento. Si eres brit, definitivamente perteneces a un nivel superior en toda la fauna de 'tipos freaks'. Caracterizados por escuchar música británica y vestir de manera cool (accesorios, mucho negro, colores oscuros y ante todo, combinaciones originales), son la última moda de la época y todo un boom comercial para las empresas disqueras. Se refugian en eventos, conciertos y tocatas en vivo, que se suponen, son poco masivas y de gustos limitados. Pero lo cierto, es que sus integrantes aumentan a una velocidad preocupante. Según fuentes cercanas, sólo consisten en unas cuantas tipas lesbianas y un grupo numeroso de chicos homosexuales. Según yo, lo alternativo no es sinónimo de cambio en tu preferencia sexual.
d)
Góticos: Nuevo boom. Vestir de negro y estar triste parece estar realmente de moda. Algunos creen que basta con tener unas cuantas ideas depresivas (pseudo-suicidas), ser un antisocial y escuchar música de sonidos guturales para pertener a ellos. No poseo gran información acerca de sus ideas, por tanto reservo opinión.
e)
Otakus: Junto a góticos y brit-pop's, el último grupo masivo de la lista. Amantes de la animación japonesa y de la propia cultura del país del sol naciente. Se dividen en grupos, según gustos, afinidades, y ante todo, conocimientos. Sí, porque si hay algo que ellos odian, es a los novatos. Desde ellos, nacen los visuals (amantes del j-rock y seguidores de un movimiento estéticamente similar al gótico), los dancers (obsesos por el baile en máquinas, tales como DDR y otras), y finalmente los cosplayers (concursantes que enfrentan sus mejores disfraces en eventos y ciclos de animación y música japonesa). Partieron como gente poco numerosa y realmente extraña y terminaron causando un estallido de chapas, bolsos negros y libritos de dibujos con ojos enormes. Actuaron sobre distintos medios de comunicación (Radio /TV) y produjeron, como todo movimiento importante, una buena y nada despreciable cantidad de dinero. Según mi madre, son unos trastornados que intentan permanecer en la niñez viendo 'monos chinos'. Según yo, somos unos ñoños incomprendidos :-).
f)
Los nada: No pertenecientes a ningún grupo, no caracterizados por vestir de ninguna manera especial (más que el polerón comprado en el supermercado y la monótona mochila carente de algún símbolo de gustos propios). Actuales pernos. Fomes, sin vida, según algunos amigos. Generalmente escuchan cualquier música de moda y no los recuerdas en el patio a menos que sea muy bonito (a). No son discriminados, pero tampoco aplaudidos. Sin pena, ni gloria.
g)
Los poseros: Dícese de cualquier persona que asegura pertenecer a alguno de los grupos anteriores y que no posee mayores conocimientos en el tema. Razón: Ser cool. Número: La mayor cantidad de adolescentes del país. Consejo: Dejar de producir traumas visuales y auditivos.
¿Dónde está la verdadera originalidad? ¿Es necesario ser clasificado en algo para considerarse un tipo auténtico? La respuesta la tienes tú mismo. Yo sólo agrego una cosa:
Cada persona necesita un
copyright. No lo consigas
duplicando la marca del otro y pegándola en tu frente.